EUROPA
PRESS
3 septiembre
2018
Nunca
es tarde para comenzar con la dieta mediterránea: descubren que alarga la vida
en mayores
La dieta mediterránea reduce un 25 por
ciento el riesgo de mortalidad en mayores de 65 años, según estudio realizado
por el Departamento de Epidemiología y Prevención del Instituto Neurológico
Mediterráneo (Neuromed), en Molise, Italia.
Por tanto, la dieta mediterránea es "un secreto de
larga vida para ancianos", según los investigadores tras realizar un
análisis de la relación entre la dieta tradicional mediterránea y la mortalidad
en una muestra de más de 5.000 personas mayores de 65 años que participaron en
el estudio Moli-sani y
durante 8 años.
"La novedad de nuestra investigación es haber centrado
nuestra atención en una población de más de 65 años", ha apuntado Maria
Laura Bonaccio, epidemióloga del Departamento y
primera autora del estudio, quien resalta que la dieta mediterránea es
"capaz de reducir el riesgo de mortalidad en la población general, pero no
se sabia si sería lo mismo específicamente para personas mayores".
Por tanto, ahora los datos del Estudio Moli-sani muestran que una dieta tradicional mediterránea -rica
en frutas, verduras, pescado, legumbres, aceitunas, el aceite y los cereales,
bajos en carne y productos lácteos, con un consumo moderado de vino durante las
comidas-, se asocia con una reducción del 25 por ciento de la mortalidad por
todas las causas. "Este efecto también permanece si consideramos
específicamente la mortalidad cardiovascular o cerebrovascular", ha
apuntado la experta.
"Además de los datos de la población de Moli-sani analizamos los
resultados de otros seis estudios realizados en personas mayores de 65 años, en
otros países, con un total de doce mil personas. Mediante la técnica del metanálisis,
podemos confirmar que una mayor adherencia a la dieta mediterránea reduce el
riesgo de mortalidad global de forma dosis-respuesta, progresiva. Cuanto más
sigas la dieta mediterránea, mayor será la ganancia en términos de reducción
del riesgo de mortalidad", ha manifestado la directora del Laboratorio de
Epidemiología Molecular y Nutricional del Instituto Neuromed
y profesora de la Universidad de Insubria, Varese,
Licia Iacoviello.
Los alimentos que, en el contexto de un modelo dietético de
tipo mediterráneo, pueden ofrecer una mayor protección, incluyen un alto
consumo de grasas monoinsaturadas presentes en el aceite de oliva virgen extra-
y pescado, pero también un consumo moderado de alcohol, preferiblemente durante
las comidas, han concluido los investigadores.